martes, 26 de mayo de 2009

Me volví escultor

“ Cuando fui a París, me di cuenta de que todas las escuelas de Bellas Artes son malas. La mía no lo era por ser de Cali sino porque el sistema era pésimo.
Oteiza se quejaba de que no hubiera una enseñanza sobre la anatomía del espacio. Sólo nos daban clases de anatomía del cuerpo humano. El pedía que se entendiera el espacio en el cual se iba a mover una forma y que fuera en dos o tres dimensiones. El hacía correr una forma dentro de un cuadrado y era increíble ver cómo reaccionaba ese espacio.
En vez de eso, nos enseñaban cómo se articulaba un músculo o un par de huesos. Eso no tenía nada que ver con el arte pero nos tocaba hacerlo.
En la escuela también era obligatorio hacer cursos de colorido para los que entrábamos como escultores y de modelado para los pintores. Para mí fue muy importante porque en ese momento tomé la decisión de volverme escultor. Al manejar el barro y moldear en yeso, la escultura me interesó más que la pintura. Eso me lo reafirmó mi primera exposición, al final de los seis años de estudios. Mostré entonces muchos dibujos, algunos óleos y esculturas. Y el poeta Antonio Llanos, quien tenía una columna en el Diario del Pacífico, me saludó como escultor ”.



Medida / Aluminio pintado / 102x40x40 cm / 1991

Máscara / Aluminio pintado / 117x73x43 cm / 1977

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